Devon White: No he visto en Grandes Ligas a un pelotero cubano que no sea bueno

Devon White no cambiaría una sola cosa de su vida. (Foto: Reynaldo Cruz/ UB)

Por Reynaldo Cruz, para Universo Beisbol
Durante 17 temporadas en Grandes Ligas, Devon White fue un extremadamente confiable defensor de la pradera central, con excelente velocidad, buen sentido de la colocación y muy buen brazo (.986 de promedio defensivo, apenas 71 errores, 97 asistencias y 23 dobles jugadas). Combinaba además poder decente al bate (208 jonrones) con velocidad y efectividad en el corrido de bases (346 bases robadas y apenas 98 cogidos robando). Antes de que su carrera terminara en las Mayores, White —natural de Jamaica— ganó tres Series Mundiales (1992 y ’93 con los Toronto Blue Jays y 1997 con los Florida Marlins), siete Guantes de Oro y tres nominaciones para los Juegos de las Estrellas. Su fildeo en la Serie Mundial de 1992 fue crucial en el triunfo de su equipo sobre los Atlanta Braves.

Es una persona muy sencilla y amigable, bromista de pura cepa, a quien tuve la oportunidad de conocer personalmente y quien tuvo la gentileza de concedernos esta entrevista, la primera que logramos en Universo Béisbol con un pelotero regular en la MLB.
Universo Béisbol: ¿Qué edad tenía cuando comenzó a jugar béisbol? ¿Cómo se relacionó con este deporte?
Devon White: Bueno, yo nací en Kingston, Jamaica, y salí de Jamaica cuando tenía nueve años, rumbo a la ciudad de New York. Allí jugué mucho béisbol y baloncesto en mi comunidad, pues había allí muchos latinos: dominicanos, puertorriqueños, ecuatorianos, no muchos cubanos. Pero sí había muchos dominicanos, y me involucré con el béisbol jugando con los chicos latinos.
UB: Comenzó a batear ambidextro a la edad de 18 años, ¿Fue esto acaso algo que pensó usted por sí solo o fue animado por algún entrenador?
DW: Cuando era un chico en New York jugábamos mucho stickball, y para divertirnos siempre bateábamos de ambos lados, y yo tenía un buen swing. Cuando me reclutaron terminando el preuniversitario para jugar con los California Angels, estaba en la caja de bateo bromeando con batear a ambas manos, y uno de los entrenadores me dijo ‘Deberías intentarlo en un juego, tienes un muy buen swing’, y fue así como comencé a hacerlo.
UB: Hablando de los Angels, allí compartió equipo con un compatriota suyo, Chili Davis, quien casualmente también bateaba ambidextro, ¿Alguna vez bromearon sobre el hecho de que ambos eran ambidextros y venían de Jamaica?
DW: ¿Sabe? Teníamos muchas cosas en común, ambos salimos de Jamaica a las edades de ocho y nueve años (él tenía ocho, y yo tenía nueve cuando salimos de Jamaica), y encima, él se fue a Los Ángeles y yo a New York. Lo único malo es que yo era un corredor más rápido, y yo le decía ‘¿Cómo es posible que seas jamaicano y no seas rápido?’. En algún momento, él sí fue un corredor más rápido, pero fue receptor antes de convertirse en jardinero.
UB: Hábleme de la atrapada en el juego 3 de la Serie Mundial de 1992, sobre un batazo de David Justice, que casi termina en un triple play y que muchos comparan con la que hizo Willie Mays en 1954.
DW: Es una jugada que fue pura reacción, y creo que fue un punto culminante para que los Toronto Blue Jays ganaran aquella serie. Creo que de veras desarticuló mucho a los Atlanta Braves, y por supuesto, ganamos aquella Serie Mundial. Pero es una de esas con las que uno sueña… hacer una jugada como esa, y no pasó antes. Como sabe, sucedió con Willie Mays, y esa atrapada está para muchos bien cerca. Es una de esas cosas que de niño uno piensa: conectar un batazo importante o hacer una jugada importante. Estoy muy agradecido por eso, y estoy muy feliz de que la gente aún piense en esa jugada hoy.
UB: Un año después, viste desde el dugout salir el batazo de Joe Carter contra Mitch Williams que dejó al campo a los Philadelphia Phillies. ¿Qué pensaste?
DW: Stay fair! (a la pelota, que se quedara en territorio bueno). Estábamos en la banca de tercera base, y cuando sale un batazo por el jardín izquierdo es muy difícil determinar si está en zona fair o foul, y te aseguro que fue lo que sentimos todos los que estábamos en la cueva en ese momento.
UB: Campeones de la Serie Mundial en 1992 y 1993, y entonces, en 1994, llegó la huelga. ¿Cree que los Toronto Blue Jays podrían haber ganado tres consecutivos?
DW: No lo creo, sinceramente. Ese año los Montréal Expos eran pura dinamita, estaban impresionantes. Tenían un gran equipo, y ¿sabe? buscábamos tres, pero mucha gente se olvida de 1991, en que no ganamos la Liga Americana, pero sí ganamos nuestra división, y perdimos el banderín ante los Minnesota Twins que eventualmente ganaron la Serie Mundial contra los Braves. Creo que tres años seguidos habrían sido posible contando 1991, pero no creo que en el ’94 hubiese muchas posibilidades.
UB: Volvamos atrás un poco, el otro día hablábamos sobre Nolan Ryan y su no-hit-no-run número siete contra ustedes, los Blue Jays. ¿Cuéntenos un poco de qué pasó esa noche?
DW: Creo que pensamos que era algo bueno, al final ganamos la Serie Mundial ese año. Pero creo que estaba en una forma excelente, por supuesto, se trataba de Nolan Ryan, uno de los mejores lanzadores de las Grandes Ligas en aquel momento. Creo que salimos al partido bateando, conectando, no era que estuviera ponchando a todo el mundo. En ocasiones le dimos fuerte a la pelota y los batazos salieron de frente, creo que las cosas estuvieron a su favor.
UB: Ahora que mencionamos a Nolan Ryan, háblenos un poco sobre a quiénes considera los mejores lanzadores de aquella época (finales de los años ’80 y principios de los ’90).
DW: Creo que cada equipo, cada organización, tenía excelentes lanzadores. Si empezamos con los Texas Rangers, tenían a Nolan Ryan, tenían a Kevin Brown; si pasamos a los California Angels tenían gente como Bert Blyleven; Toronto tenía a Dave Stieb, a Todd Stottlemyre; en Kansas City estaban Brett Saberhagen, Mark Gubicza, y Kevin Appier. Sobre todo en los años ’80, cada organización tenía a buenos primer y segundo pitchers en la rotación a los que había que enfrentarse.
UB: Hablemos ahora de la otra Serie Mundial que ganó, 1997. Antes de llegar al Clásico de Otoño: jonrón con bases llenas a la derecha ante Wilson Álvarez en la Serie Divisional de la Liga Americana. ¿Fue ese el batazo más importante de su carrera?
DW: No sé cuál fue el batazo más importante de mi carrera, aunque sí creo que ese es uno bastante importante, sobre todo porque no estaba bien al bate, ese año tuve muchas lesiones y recuerdo vívidamente que mi manager, Jim Leyland, me ubicó como octavo en el orden al bate para ese juego. Cuando conecté ese cuadrangular que fue crucial en la victoria, al final del partido le dije: ‘¡Adelante! ¡Póngame de octavo de nuevo! ¡Me siento bien!’, pero sí creo que fue uno de los batazos más importantes de mi carrera, pero no sabría decirle si fue el más definitorio.
UB: Llegar a primera base, luego robar segunda, tercera y el home. ¿Habría sido Devon White un buen corredor de pista, habiendo nacido en Jamaica?
DW: Considero que era un corredor muy rápido, y sabía cómo robar bases, aunque simplemente no corría por correr, porque se ve a muchos jugadores corriendo las bases todo el tiempo, tratando de robar todo el tiempo. En mi caso se trataba más de robar una base cuando era necesario.
UB: Se retiró apenas faltándole 66 imparables para llegar a dos mil. ¿Por qué?
DW: No creo que fuese mi decisión, sino la situación en la Major League Baseball. Yo estaba listo para jugar, pero ningún equipo quería firmarme o pagar el contrato. Básicamente me quedé en casa esperando tener un trabajo y no pude obtenerlo, por tanto decidí retirarme.
UB: ¿Qué se necesita para ser un jardinero Guante de Oro en Grandes Ligas?
UB: Es mucho trabajo duro, practicar todo una y otra vez, hay que entrenar en algunos aspectos específicos, y por supuesto, hay que practicar teniendo en cuenta las debilidades que uno tiene. Y hay que fildear. Hay que fildear.
UB: ¿Y un buen corredor de bases?
DW: Creo que lo mismo. Lo mismo. Considero que hay que ponerle empeño al béisbol cada día… hay que hacer algo positivo.
UB: Tuvo experiencia con cubanos como José Canseco, Rafael Palmeiro y Liván Hernández. ¿Qué piensa de los peloteros cubanos?
DW: Siento el mayor respeto hacia ellos porque fueron muy buenos jugadores, y hoy no he visto en Grandes Ligas a ningún pelotero cubano que no sea bueno. Muchos son jugadores de Todos Estrellas.
UB: ¿Y sobre aquellos que no están en las Ligas Mayores?
DW: No he visto mucho, pero los pocos que sí he visto, necesitan trabajo y necesitan entrenamiento y guía. Desafortunadamente, algunos llegan a las Grandes Ligas con cierta edad, y no hay oportunidad de enseñarles.
UB: Constantemente ha mencionado las palabras “trabajo” y “trabajo duro”. Defina el trayecto de un ligamayorista.
DW: Como usted sabe, se comienza de varios niveles: los infantiles, los escolares, los universitarios, las Ligas Menores y las Ligas Mayores. Hay que hacer las cosas una y otra y otra vez para mejorar y superarse.
UB: ¿Qué hay del apoyo de otras personas?
DW: Creo que los entrenadores y la familia son muy importantes. Sobre todo porque brindan apoyo y lo ayudan a uno a salir de los momentos difíciles y cuando uno tiene problemas.
UB: Si usted naciera de nuevo en Jamaica, con la historia que tiene Jamaica con los corredores veloces, ¿sería de nuevo pelotero o trataría de irse al campo y pista?
DW: No cambiaría ni una sola cosa de lo que he vivido. No lo haría, porque creo que soy rápido pero estos chicos de hoy son mucho más rápidos de lo que yo fui.
UB: ¿Qué hay del ambiente que ha visto en Holguín?
DW: Me encanta. Crecí en una comunidad latina, y siempre me ha gustado este entusiasmo que hay con el béisbol.
UB: Muchas gracias por su tiempo y sus respuestas.

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